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¡Es cierto, esto es un mund0 d1g1tal! Pero, ¿qué pasa con los sujetos, los individuos, las personas, que al fin y al cabo conformamos esta realidad? Este es un aviso, este es un acercamiento a un nuevo individuo.

Me gustaría saber cuáles serían los pensamientos y teorías Freudianas si éste pudiese analizar el comportamiento de un sujeto en nuestro siglo XXI, en nuestro mundo digital, en nuestra era 2.0. Si hoy deseas conocer a alguien, no basta con mirarle a los ojos y hablar un rato con esa persona. Has de teclear para descubrir quién y cómo es dicha persona. El Yo Digital es hoy ya una parte de nuestra identidad, una parte complementaria de nuestra vida. La tendencia ahora es ir a lo real, mostrarse tal y como se es en la vida diaria, a diferencia de lo que pasaba hace unos años, en los que se creía en los avatares y otros disfraces de la identidad propia.

Los blogs y redes sociales destilan el ser de uno mismo. Nuestro Yo Digital se ha convertido en una ventana al mundo, en el diván particular sobre el que deslizarnos y descargar de manera pública lo que llevamos más adentro. Resulta curioso cómo ese nuevo ser que se está conformando en nuestra era digital hace junto con una máquina y mediante ella su propio ser.

El Ello, el Ego y el SuperEgo se confunden, no se limitan ni se atienden, las pulsiones ganan a la razón y la moral queda supeditada a las necesidades sociales y de grupo.
Querido Freud: Ello, Ego y SuperEgo tienen un amigo nuevo, mi Yo Digital.