Es ya conocido por todos, a tan solo tres días de la retransmisión del partido final de la Copa del Rey 2008/2009, que el estadio, lleno de seguidores de dos equipos con fama de nacionalistas (y no precisamente españoles), clamó en contra de los dos símbolos que representan al estado español. Y aún más conocida la actuación de TVE, que actuó mediante el engaño continuo. La cadena pública, que retransmitía en directo el partido, primeramente censuró el momento (repito), en directo, en que se emitía el himno nacional.



Después, y para sufragar el supuesto "error humano", pusieron este momento antes del inicio de la segunda parte del partido, donde se puede escuchar perfectamente el himno español y ver a los reyes de la nación.



Por último veamos el himno español desde fuera de las manos de TVE, especialmente en la cadena catalana TV3, donde se puede apreciar perfectamente que el ambiente en el estadio era totalmente diferente al que nos brindaba la cadena estatal en la media parte del partido.



Con estos ejemplos podemos ver como la connotación es lo que rige el mundo del espectáculo, la connotación que le da el televidente al mensaje. Actualmente no existen las interpretaciones inocentes entre los espectadores televisivos, esos códigos y subcódigos que emiten los medios masivos son controlados por aquellos que nos los brindan.
En el primer vídeo vemos como, simplemente, hay una elipsis de la información, intentando despistar al telespectador con imágenes que suplanten a las que les corresponden protocolariamente. Podemos ver como el director de Deportes de TVE (que más tarde seria despedido por su actuación) hizo una lectura de la posible conducta aberrante (según la semiótica de Umberto Eco) de los aficionados de los equipos (recordemos que son dos equipos afición de los cuales se caracterizan por ser nacionalistas-independentistas), conducta que seguramente no hubiera ocurrido en el caso de otros dos equipos de las ligas españolas.
El segundo corte nos enseña otra faceta comunicativa, como a TVE le gustaría haber emitido las imágenes de la entrada de los reyes y el himno español originalmente y en el momento que tocaba. Pero al no poder hacerlo, crearon una nueva realidad (gracias a la magia de la televisión) en el momento del (re)inicio del partido.
Por último vemos como retransmitía una cadena que estaba implicada en el partido, en favor del equipo de su capital, el momento en que entraban los reyes de España y sonaba el himno del mismo, eso sí, en el momento que apropiado y con el audio sin modificar. Aunque cabe decir que en esta cadena los comentaristas siguen con su retransmisión en el momento que se escucha el himno, al contrario que en la cadena nacional española, donde se podía escuchar perfectamente el supuesto ambiente del estadio. Esta diferenciación se puede decir que viene dada por el público objetivo de la retransmisión, catalanes y españoles (TV3 y TVE)

Así pues podemos ver el juego que tienen entre manos los mass media, ya que puede haber interpretaciones dispares entre sus espectadores. Los códigos y subcódigos son cosas que los emisores controlan en todo momento, ya que de estos se extraen las interpretaciones de los usuarios. Pero si tu interpretación es lo que cuenta ¿por qué ofrecer realidad en vez de la modificación de esta?

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