Es cierto lo que dicen. A veces una imagen vale más que mil palabras. Esta es la magnífica imagen con la que The New York Times ilustra un reciente artículo titulado “How Lehman Brothers got its real estate fix”. Es poderosa, no deja lugar a dudas. Aunque no entendiéramos ni una sola palabra ni del titular ni del propio artículo por estar en inglés, la imagen deja bien claro el mensaje que transmite el conjunto. Porque la imagen, como texto que es, se articula también mediante la combinación de diversos signos con sus correspondientes significados, y deja en manos del destinatario la elección de los códigos y subcódigos pertinentes para descifrar el correspondiente mensaje.

Nuestro ejemplo no es un ejemplo complicado. La imagen que tenemos entre manos es contundente, no se presta a polémicas. Los elementos significantes elegidos para comunicar el estado de embriaguez resultante de la burbuja inmobiliaria sobre los grandes capitales especuladores como Lehman Brothers son conocidos por todos. El edificio Chrysler, mastodonte que reina el skyline de la ciudad de los negocios americana, como significante y símbolo de las propiedades que han alimentado la burbuja inmobiliaria americana durante la última década. La heroína, droga intravenosa altamente adictiva y destructiva, como significado . La terrible crisis que afecta a Wall Street en general, y a Lehman Brothers en particular, como referente .

Una metáfora perfecta. Significante, significado y referente abrazándose poéticamente, formando un signo que en unión es, como ya hemos dicho, poderoso y contundente. Un ejemplo de, a mi entender, calidad periodística.

Pero no siempre es tan sencillo. Otras veces, las imágenes elegidas por emisores en grandes medios de comunicación para ilustrar sus mensajes son mucho más confusas. Parten de planteamientos donde los referentes parecen forzados a ser más de uno y por tanto la obtención de uno u otro significado depende de la decodificación que haga el receptor. Puede parecer un juego inocente, pero es un tremendo método de crear opinión de una forma segura para la línea editorial. Lo que se conoce como nadar y guardar la ropa. Quien extraiga el mensaje “a” y no esté de acuerdo con él tiene la opción del mensaje “b”. Y viceversa. Aquí un ejemplo:




¿Violación o morbosa estampa juvenil? Contra todo pronóstico tú eres el que elige. Porque no es el emisor, eres tú el encargado de decodificar el texto icónico. La lista de conceptos que residan en tu subconsciente serán los que te marquen la dirección a seguir. Porque los significantes y referentes son lo suficientemente abiertos como para permitir que tú veas lo que quieres ver, que el texto sea como en realidad tú eres, y que no sea él el que debe ser censurado o aplaudido, sino tú el que lo propones.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Subscribe